Para toda la vida
¿Me quieres, amor, me quieres?
¡Sí, para toda la vida!...
Y era yo quien preguntaba
siempre soñando una espina,
siempre rondando una duda,
siempre imaginando heridas,
¿Me quieres, amor, me quieres?
¡Sí, para toda la vida!...
Tardes, madrugadas, noches,
mañanas y mediodías;
en el balcón, en la calle,
en el sueño, en la vigilia,
siempre, siempre preguntando,
corazon, si me querías.
Y de pronto, no sé cómo,
sin una razón precisa,
mi voz amarga y cansada
se fue quedando dormida.
Y cayó sobre mi alma
una lluvia dulce y fina,
que se fue cristalizando
en nieve delgada y fría.
Y ya no pregunté más,
corazón, si me querías.
Ahora eres tú quien se queja,
quien pregunta y quien suspira.
<<¿Me quieres, amor, me quieres?>>,
me dices con voz dolida...
Y yo, de la misma forma
con que tú me respondías,
escondiendo la verdad
debajo de la mentira,
te digo ausente y lejano:
<<¡Sí, para toda la vida!...>>
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