Ansias de oír
En la rama de un árbol frondoso
unos canarios trinaban
una alegre melodía
a la cual yo no alcanzaba.
Uno de ellos comprendió
que yo no alcanzaba a oír
sus suaves y dulces trinos
y se compadeció de mí
Se posó sobre mi hombro
y entonó su dulce canto
por más que me esforcé
oír no pude lograrlo
El viento silbaba
con suave brisa
y a su compás
las flores erizan
Que tristeza, que dolor
tanto sonido a mi alrededor
alegres cantarinos, bullangueros
mis oidos muertos sin compasión
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