martes, 30 de agosto de 2011

Concurso!!!!

Hola queridos lectores, les vengo a dar la noticia de un pequeño concurso que he planeado hacer, la idea me vino casi como en un sueño y después no he podido sacármela de la cabeza. El concurso va a estar basado en la historia que he estado haciendo de "El Ogro, La Guerrera y El Caballero" sólo consistirá en que contesten una pregunta que haré en la próxima actualización, y si es correcta su respuesta les enviaré a su correo el premio que he estado haciendo. Por lógico cuando me envien su respuesta tienen que darme su correo para poder darles el premio. El premio en cuestión será una imagen exclusiva que sólo podrán ver si su respuesta es correcta ya que no pienso publicarla en ningún otro lado, ni aquí en el blog ni en ninguna otra pág. así que ha ponerse las pilas y recordar todo lo que han leído hasta ahora.
Me despido de todos ustedes, nos veremos en la actualización de la historia, esperaré sus respuestas con emoción.

martes, 23 de agosto de 2011

Panoramas

El Ogro, La Guerrera y El Caballero

Hola!!!! Bien, sólo quería advertirles que este fragmento de la historia va a ser hablado simúltaneamente por Smith y por Luka, son los pensamientos de ambos en el capítulo 26 Las tierras del este. Así veremos qué es lo que pasa por su cabeza mientras realizan ese viaje.
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Panoramas

Smith
Anderson estaba viva, se veía gravemente herida, no importaba cuanto lo intentara disimular, a mí no podía engañarme, pero estaba viva. Sabía que estaba sufriendo, quería ayudarla, me moría por hacerlo, pero sólo pensar en tocarle y recordarle ese momento, me lo impedía. Prefería verla sufrir físicamente antes que abrir de nuevo esa herida.

Los caballeros la buscaban. La cabeza de Anderson era su más grande trofeo, no podía creer que Anderson se hiciera de tal fama en ese reino. Al mismo tiempo que le temían, la deseaban. Ella era fuerte, invencible, pero en este estado ella no podía defenderse como siempre. Tenía demasiados puntos débiles, no podía cubrirlos todos, aún estaba sorprendido que hubiera podido derribarme estando ella en esa condición, sin duda se merecía ese apodo: Imparable Anderson, le quedaba a la perfección, ella no se detenía ni por nada ni por nadie con tal de lograr su objetivo. Los caballeros sólo querían su muerte, pero ellos… ¿Quiénes eran ellos? No podía negar que se veían preocupados por Anderson, desesperados por ayudarla, aunque tampoco les dejaría acercarse. Nadie la tocaba y esos sucios traidores no tenían siquiera el derecho de mirarla. Recordé a ese caballero, el moreno de ojos verdes. Cuando se acercó a ella fue muy sutil. Posó su mano sobre su mejilla con una delicadeza que no creí capaz, por eso me detuve de atacarle. Era la primera vez que alguien miraba así a Anderson, la veía con cariño y en cada movimiento tenía cuidado. No fui capaz de alzar mi espada en su contra en ese momento, pero seguía siendo un caballero, no era diferente de su amiguito colérico. Cómo ansiaba cortarle en dos, lástima que Anderson me lo impidiera.

Me sentía expuesto sin mi armadura, agradecía a Anderson por cederme la espada que robó del campamento de los caballeros, ella prefirió quedarse con el arco y las flechas. En el camino le conté a Anderson cómo fue que terminamos en las cercanías de las tierras del este y cómo fue que sólo yo fui capturado.

Éramos una tropa de cinco, yo iba al frente mientras que los demás cuidaban la retaguardia. Nos detuvimos cuando Estefano, el novato del grupo, notó un extraño resplandor a la distancia. Reconocí ese resplandor de inmediato, pertenecía a una armadura. Todos nos pusimos alerta. Por los momentos estábamos en terrenos neutrales, se suponía que por aquí andaba Anderson en busca de campamentos de caballeros. Usé una de las tantas estrategias de Anderson. Al ser su mano derecha se me hizo costumbre memorizar, con todo detalle, sus estrategias. Nos ensombrecimos al ver la armadura. No podía ser de ella, la armadura estaba totalmente destrozada y llena de sangre. Me extrañé de no ver su espada o la daga que siempre llevaba consigo, pero ante el dolor de su perdida eso se me hizo insignificante. Desde ese descubrimiento todo fue de mal a peor, no tenía cabeza para esta misión. Anderson lo era todo para mí, ella era mi vida. Su actitud fría y distante, esos ojos inexpresivos, su forma de hablar carente de emoción; es cierto que ella era así, pero debajo de todo eso podías ver su gran deseo de proteger a todos los del reino. Tenías que acercarte lo suficiente para reparar en ello, pero Anderson tenía un corazón muy dulce debajo de esa máscara de guerrera vengadora. Todos la respetábamos, cada una de sus palabras debía de ser tomada en cuenta, ella no hablaba por gusto, decía sólo lo necesario y relevante para las misiones. Anderson era uno de los Generales, quizás el más importante y valioso de todos, a ella no le gustaba que la llamaran así, pero en cada misión la ponían al mando y todos nos sentíamos seguros con ella porque sabíamos que regresaríamos a salvo. Me tomó años para que ella me dejara estar a su lado, serían tres o cuatro cuando por fin me aceptó. Ver su rostro, sentir su presencia era la motivación suficiente para no rendirme, sólo quería estar con ella, no me importaba que me degradara, me humillara ni que me golpeara, estar a su lado era un premio muy satisfactorio. Nunca hablaba de sí, únicamente intercambiábamos palabras del reino, de resto permanecíamos callados. Pude memorizar cada gesto, cada mirada, cada imperceptible movimiento que ella hacía. Hasta ahora yo era el único en reconocer cuando ella estaba herida, aunque dijera lo contrario, sólo yo notaba esos ligeros cambios cuando se ponía alerta o suspiraba de alivio, pero… ¿Qué importaba ya? Ella… estaba muerta. Murió a manos de esos asquerosos traidores. Le dije que no aceptara la misión, era demasiado para ella ¿Por qué no me hizo caso aunque sea sólo por esta vez?

Los caballeros nos encontraron, eran muy numerosos, no había posibilidad de escape a menos… Anderson era la única persona existente capaz de lograr esta hazaña y salir ilesa, yo no podía compararme con ella, pero compartía su deseo de proteger el reino. Sin Anderson mi vida no valía nada. Di la orden, mi equipo me miró con resignación y dolor, en esta ocasión yo me convertiría en el sacrificio. Ellos lograron escapar y yo fui capturado. Había protegido a mi reino, ya nada importaba, sólo la imagen de Anderson inundaba mis pensamientos mientras esperaba a que me llegara la hora.

Como era de esperarse, Anderson me reprendió por mi decisión apresurada, claro que no le conté todo lo que sentí al saber de su perdida, sólo le relaté cómo fue que me capturaron, me dijo que pudimos escondernos, pasar desapercibidos tomando diferentes caminos. Luego de aquello me dijo que, considerando la situación, no tomé una decisión tan inútil. Ese comentario, viniendo de ella, era un gran elogio.

Mientras caminábamos vigilaba a esos caballeros, gracias a Anderson ahora conocía sus nombres. Odiaba a Luka, era un sangre pesada, pero ese Sergio me tenía desconcertado, lo odiaba por ser un caballero, pero esa muestra de cariño hacia Anderson fue tan inusual, además Anderson ya no mostraba esa actitud inexpresiva, podía notarse claramente que estaba decaída, tenía un semblante triste. Me mostré alerta cuando se acercó ese Luka, no me confiaba de él.

—Nos detendremos aquí ¿Estás de acuerdo? —Anderson meditó un poco. Asentí cuando me miró. Anderson no debía esforzarse con esa herida que le causó el ogro, esa era otra razón para odiar a Luka, por no saberse defender, Anderson estaba herida. Relajé la postura cuando se fue.

—Voy a supervisar los alrededores.

—Iré yo —me ofrecí. Negó con la cabeza.

—Escuché unas pisadas extrañas hace un momento, no creo que sea un ogro, pero parece venir para acá, sólo quiero asegurarme de qué es, si se presenta un problema te llamo —no tuve otra que aceptar. —Regreso en media hora —observé por donde se fue. Miré a los caballeros. Mi vista se quedó fija en Sergio ¿Por qué la trató con ese cariño? Sus ojos verdes me miraban con odio y reto. Le sonreí con burla. Apuesto a que quisiera estar con Anderson ahora, no conocía los detalles, pero Anderson no le dirigió la mirada ni intercambió palabras con él desde que emprendimos el viaje. Ese caballero le había hecho algo, no estaba seguro de qué, pero le hizo algo. Aunque haya demostrado un cariño hacia ella, no le daría oportunidad de lastimarla, los caballeros ya hirieron bastante su persona.

Pasó la media hora y Anderson no regresaba, ella siempre era exacta con el tiempo, tenía un reloj en la cabeza, la única manera en que se retrasara era porque algo no había ido conforme los planes. Después de diez minutos no resistí más, debía ir por ella. El crujir de las ramas me paralizó, contuve el aliento hasta que su silueta llenó de aire mis pulmones. Le examiné detenidamente, sus ropas estaban llenas de tierra y arrugadas, su cabello corto estaba desordenado, de él pendían algunas ramitas. Al acercarse se sacudió el sucio que llevaba encima y se arregló el cabello. Seguí mirándola, esperando alguna respuesta sobre el porqué de su estado. Anderson movió una mano al aire. Bien, eso sólo significaba que no había sido importante, pero para estar así debía de haber pasado por alguna complicación, esperaba que su herida no hubiera empeorado. Aparté mi vista al ver que Luka se acercaba ¿El destino quería que lo matara? Con gusto le cortaría el cuello.

— ¿Qué te pasó? —le preguntó a Anderson.

—Fui a supervisar los alrededores, encontré unos rastros de ogros pero no se ven muy claros, pudieron ser de hace unos días o semanas. Cuando regresaba me encontré con un oso, una madre oso para ser exactos. Sólo pude ver a las crías cuando por poco los dejó sin mamá. Logré desviarlos de nuestra ubicación, pero tuve que rodear el camino y pasar, arrastrándome, por unos arbustos secos —Luka se mostró sorprendido. Rodé los ojos, por favor, Anderson podía con tres ogros a la vez si nadie intervenía, un oso no era problema para ella. Luka permaneció unos instantes más, aún recuperándose de la impresión. Agradecí cuando se fue, sólo verlo me hervía la sangre.

Llegó la noche. Armé la tienda de Anderson, dudaba mucho que la usara, normalmente ella se quedaba vigilando hasta que amanecía o alguien la supliera, además ella tenía el sueño muy ligero, cualquier sonido la despertaba. Sólo armé la tienda por si las dudas, era mejor ser precavido. Anderson se alejó sin decir nada, la dejé tranquila. De seguro necesitaba pensar en algo importante.

Luka
Aproveché el instante en que vi a Anderson alejarse de ese Smith, no me extrañaba que Sergio estuviera de malas, viéndolos juntos todo el tiempo hasta yo me pondría furioso, Mary bien lo sabía. Dejé a Sergio sumido en sus pensamiento para dirigirme a donde Anderson. Desde que esos dos se pelearon ambos se veían desolados. Sergio en verdad que no sabía controlar sus emociones, sólo la había regañado por ir a rescatar a ese inútil, no veía que ella estaba necesitándolo. Ni una sola vez desde que dejaron de hablarse, Anderson sonrió, debería de estar feliz por estar con su compañero, pero nada. Se mostraba inexpresiva y distante, era como si su felicidad se hubiera drenado.

Me tomó un tiempo encontrarla, vaya que se había alejado. Estaba parada, sus manos sostenían el collar alrededor de su cuello, su cabeza estaba gacha y mantenía los ojos cerrados. Movió la cabeza de lado a lado, lo que sea que estuviera pensando le causaba dolor y mucho. Miró en mi dirección, su expresión se relajó al verme.

—Te alejaste bastante —comenté, terminando se acortar la distancia.

—No me di cuenta —su voz sonó ronca. No cabía duda, sus pensamientos la estaban torturando. Anderson era mi enemiga, pero vamos ella me salvó la vida y nos protegió de Smith (Sergio me recordó el nombre de ese guerrerucho), cuando quiso atacarnos, además tenía una tregua con ella, por lo menos debía reconciliarla con Sergio.

—Hoy no hablaste con Sergio —cerró los ojos.

—Él no quiere saber nada de mí y está en lo correcto, pero yo… no podía hacerlo de otra forma.

—Debiste de pedir ayuda —se me quedó viendo.

—Roberts no iba a ayudarme, se molestó desde un principio —tuve que darle la razón. Sergio tampoco es que haya sido muy comprensivo. Observé a Anderson tomar de nuevo su collar. —No importa, podré con ello, siempre lo hago —le miré sin entender, parecía como si se estuviera dando ánimos ella misma ¿Su guerrero no la estaba apoyando?

— ¿Qué hay de ese Smith? —Anderson soltó un corto suspiro.

—Él también está molesto, respeta mi decisión de querer ayudar al reino de los caballeros, pero tampoco lo acepta. Somos enemigos después de todo —la miré fijamente. Anderson estaba cargando con el peso de proteger a ambos reinos ¿Sin ayuda? Sergio estaba en contra de Anderson por proteger a Smith, y éste también porque Anderson protegía a Sergio, ella llevaba ese peso. Sergio y Smith la estaban obligando a elegir y ella no podía, prefería sacrificarse y protegerlos a los dos antes que elegir a solo uno de ellos. No pude evitar molestarme, ambos eran unos idiotas.

—Te estás pidiendo demasiado.

—Soy Imparable Anderson, no tienes de qué preocuparte. Todos estarán bien —era noble. Cada vez se me hacía imposible odiarla. Mary tenía razón, Anderson te daba la seguridad de confiar plenamente en ella. Pero… si volvía a caer, recordé sus ojos después de medio recuperarse de la herida del ogro. A Anderson le tomó tiempo levantarse después de esa derrota y ahora con este nuevo peso si ella volvía a caer dudaba que pudiera ponerse en pie. Era demasiado para ella.

—Anderson, estamos en una tregua así que, por los momentos, puedes contar conmigo para lo que sea —me miró con incredulidad.

— ¿Gra-cias? —me reí ante su confusión. Ahora debía ir a hablar con Sergio para que hicieran las paces. Anderson necesitaba de su apoyo, sólo Sergio podía dárselo.

Smith
Desperté en medio de la oscuridad. Miré lo que me rodeaba. Anderson debía de seguir pensando. El sangre pesada estaba sentado enfrente de su tienda, al parecer también acababa de despertar. Me levanté al no ver al otro caballero ¿Dónde estaba? Empecé a caminar, sólo necesitaba encontrar a Anderson. Me importaba poco donde estuviera el caballero mientras fuera lejos de ella. Noté unos pasos seguirme. En verdad que el destino ansiaba que terminara con su vida. Un susurro llamó mi atención, me dirigí rápido a donde él, pude escuchar unos gritos masculinos ¿Anderson se habrá llevado algún arma con ella? Otro susurro que me hizo correr, aún no podía visualizarla, pero pude escuchar con mucha claridad su significado. El sangre pesada también aceleró el paso. A lo lejos observé dos siluetas forcejeando. Anderson estaba temblando. Corrí con violencia, estaban muy juntos, no podía usar la espada. Dirigí mi puño a su rostro al ver las lágrimas de Anderson, ella nunca lloraba, nunca.

—Aléjate de ella —le grité amenazándole con la espada cuando se alejó por el impacto de mi puño. Iba a cortarle cuando se me abalanzara, pero su compañero lo sujetó antes de dejarme deleitarme con su sangre.

—Se puede saber qué está pasando.

—Le voy a partir la cara ahora.

—Atrévete si puedes —le reté. —Te aprovechas de Anderson porque está herida ¿Qué planeabas hacerle? No entiendo como Anderson puede confiar en ustedes, traidor es traidor.

—Cuidado con lo que dices — ¿Con cuál debería acabar primero? ¿Con el sangre pesada o la basura que quería abusar de Anderson? — ¿Anderson?, ¿Sergio qué hiciste? —enfundé la espada al ver que ese Luka estaba, por los momentos, de parte de Anderson, la miré. Entró en estado de shock, temblaba y se abrazaba a sí misma. Quería consolarla, hacerla sentir segura, que ya todo estaría bien, pero si la tocaba empeoraría todo y ella podía salir huyendo. Ahora mismo ella no iba a pensar en las consecuencias, sólo se refugiaría en sí misma. Apreté mis manos en puños. Nunca podía hacer nada por ella, no podía devolverle nunca el favor de salvar mi vida en más de una ocasión. Nada de lo que hiciera le ayudaría. Anderson se alejó de nosotros, aún temblaba. Miré a ese Sergio. Le odiaba, nadie nunca ponía a Anderson así. Si estaba vivo era por ella, porque me ordenó no atacarlos.

—No vuelvas a tocarla, a mí no me importa morir con tal de llevarte conmigo pedazo de basura —me obligué a darle la espalda, ahora era más importante estar con Anderson que matar a esa basura. La seguí de cerca, sus temblores habían disminuido y sus brazos ya no se abrazaban. Me puse a su lado. Tenía que intentarlo, aunque fuera sólo una vez. Alcé mi mano para poder rozarla siquiera. Anderson, instintivamente, se alejó. Bajé la mano con pesar ¡Cómo me dolía que la hubieran marcado de esa manera! Me miró con su natural frialdad, ya había recuperado el control sobre sí.

El sol salió. Anderson una vez más, no había descansado lo suficiente. El caballero ese encabezó la marcha, era lo mejor, no iba a contenerme si lo veía cerca de ella. Todo marchó sin ningún inconveniente, claro, no estaba incluyendo el infernal chillido que presentó esa extraña pulsera ni tampoco el hecho de que por poco moríamos a manos de los ogro ni mucho menos mi pequeña riña con el sangre pesada, tampoco incluía el hecho de que nos estuvieran siguiendo esas bestias descomunales. Mientras Anderson estuviera bien, me parecía que todo transcurría normal. El único momento en que me encolericé fue cuando lo vi a él agarrarla a ella.

— ¡Te dije que no la volvieras a tocar! —le grité dispuesto a despedazarle ahora. Sólo me detuve por Anderson ¿Por qué? ¿Por qué siempre tenía que sacrificarse con tal de proteger a otra persona? —Siempre esperas a lo peor para aceptar ayuda —miré con odio a ese caballero mientras se la llevaba. No los perdí de vista, al menos no mucho, tenía que estar pendiente del camino para no tropezar con el sangre pesada.

Nos detuvimos apenas notamos que el caballo donde iba Anderson se detuvo. El caballero la ayudó a bajar, de nuevo me sentí extraño. Anderson no se alejó de su tacto, pero su rostro se veía molesto. Ya no pensaba contenerme más. Lo tomé, fuertemente, del cuello de la camisa.

— ¡Smith!

— ¿Cuáles son tus intenciones con ella? —se deshizo de mi agarre. Con facilidad esquivé su golpe a mi quijada.

—Cuidarla y protegerla, algo que no hacen en su reino — ¿Quién era él para hablar? Hace unas horas la había hecho llorar.

—Mira quien habla, el traidor que le quitó todo —empezamos a luchar. En verdad que era bueno, si hasta logró hacerme sangrar. Disfrutaría de esta pelea. Nos detuvimos abruptamente en nuestra lucha cuando una flecha casi nos mata. Al buscar el origen nos sorprendimos de ver a Anderson con el arco en su mano y la posición del arquero. Me congelé al ver la intensa furia de su mirada.

—Escúchenme bien par de necios, ninguno de los conoce las razones del otro como para criticar, así que no les queda de otra que confiar en mí, si no están de acuerdo con mi decisión pues se me largan, no necesito estorbos en esta misión —miré al caballero, quien me correspondió. Ambos estábamos petrificados. Miré a Anderson, si me atrevía a desobedecer capaz y me clavaba una flecha en el brazo. Ambos nos resignamos a su decisión.

—No te perdonaré si llegas a hacerle daño, ningún caballero la lastimará —le solté antes de irme a mi caballo. Me quedé boquiabierto al ver a Anderson en su espalda. A ella le afectaba el viaje a caballo, su herida no soportaba el bamboleo del trote, pero que se dejara tocar por otra persona era algo imposible de ver. No se veía molesta ni incómoda, me atrevía a decir que se veía feliz. El caballero tenía la misma expresión en su rostro ¿Por qué? ¿Por qué un caballero? Si era posible, lo odiaba más que antes.

No me sorprendí al ver que nos dirigimos a una cascada, sabía que este sería nuestro destino desde que Anderson las mencionó, y también sospechaba que tarde o temprano, lo quisiéramos o no, dejaríamos ir a los caballos.

—Todos estamos cansados, sería bueno detenernos un rato, anoche nadie pudo conciliar el sueño —propuso el sangre pesada. Miré a Anderson, estaba… dormida. Me quedé impactado, ella nunca dormía y menos si alguien la tocaba, pero lo estaba, profundamente dormida. No se despertaba ni con el relinchar de los caballos. Se veía hermosa, como un ángel. Desde el primer momento que la vi me pareció un ángel, sólo que su actitud fría e inexpresiva anulaba toda la esencia de los ángeles, pero ahí estaba, dormida e inocente, se veía tan pura y angelical. Miré al caballero al sentirme observado. Me encogí de hombros como respuesta ante la propuesta de su compañero. Seguí observando a Anderson, en ningún momento despertó, ni cuando nos detuvimos, ni cuando el caballero la puso, delicadamente, en el suelo. Acarició su cabello. Una vez más mostró ese cariño de antes. Ese caballero la hizo dormirse, era cierto que la había alterado momentos antes, pero ahora estaba tan tranquila. Por primera vez la veía así.

—Nunca la vi tan relajada —pronuncié para mí. La dejaría estar con él por ahora, quería que Anderson se quedara así al menos en estos momentos. No pude evitar sonreírle a la vida. Me obsequió ver la paz de Anderson, recordaría ese rostro de ángel para siempre.

sábado, 20 de agosto de 2011

Más OGROS!!!

El Ogro, La Guerrera y El Caballero

Disculpénme un montón la tardanza pero estos dibujos me tomaron mucho más tiempo del que pensé. Les he traido (como lo prometí en la anterior entrada) AL OGRO BEBÉ!!! y compañía XD, y también he actualizado la historia, el capi me costó para salir, no tienen ni idea, ya para el prox. si creo tenerlo más pronto. Volviendo a las imágenes... aquí se las dejo para que ustedes mismo juzguen si valio la pena tanta espera.
El primero en aparecer es el que más se ha hecho esperar, el tan apreciado OGRO BEBÉ.




















¿Le tienen miedo a este ogrito?





















¿Adivinan quién es este personaje? Les doy una pista, lo acaban de ver hace unos minutos al principio de la entrada, fijénse bien en los detalles de su vestuario.


















Adivinaron, es el ogro bebé en su forma humana




















Aquí tenemos al acompañante del ogro bebé, tienen su parecido...




















Vamos no tiene cara de malo, después de todo es un ogro.




















Este es mi pequeño regalo debido a la tardanza con los dibujos y el capítulo de la historia, les muestro a un nuevo personaje que pronto hara su aparación en el fic.


















¿Creen que será bueno o malo? ¿Les traera problemas a Anderson y a los otros? Sigan leyendome y averigüenlo.


















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Espero hayan disfrutado de las imágenes, me esforcé para traerselas lo mas pronto posible. Ya saben si tienen alguna petición sobre un personaje en particular no duden en hacerla que gustosa aceptare el trabajo n_n

martes, 16 de agosto de 2011

Más imágenes de Ogros!!!

El Ogro, La Guerrera y El Caballero

Hola a todos n_n recibí una petición de un ogrito que se ha ido ganando el corazón de cierta lectora, ella sabe de quién hablo XD, lamentablemente aún no lo tengo, cuando iba a empezar a dibujarlo una imagen vino a mi cabeza y me resulto imposible sacarla hasta que la tuve que hacer.
¿Pueden creer que el dibujo me tomó toda una hoja de papel bond?  fue una locura pintar todo eso A MANO!!! estoy que el dedo pulgar no puede mas (no es broma ¬¬) De todas formas me gusto como quedó la imagen, espero que sea de su agrado. Para refrescarles un poco la memoria: ¿Recuerdan el cap. "La liberación de la pequeña Ro" ¿Sí? Bueno, allí Anderson se enfrenta contra un gigantesco ogro negro, descomunal que hasta la guerrera misma tuvo pánico entre luchar contra él (recuerden que en ese capítulo ella andaba con un vestido, sin armadura, sin armas, nada más un pequeño pedazo de madera que se encontro y que le pesaba demasiado) Ahhh, ahora sí lo recuerdan jeje. Bien, pues he revivido esa imagen en donde Anderson se enfrenta a ese ogro, por eso tuve que hacerlo en papel bond, para que se entienda la idea del tamaño de un ogro y el de un humano.


¿Ustedes serían capaces de enfrentarse a una bestia del triple de su tamaño? (yo no... XD)

 Acercamientos de la imagen para que detallen más las facciones del ogro.
 Anderson, Tú puedes!!!!
Aquí se ve a la protagonista y más abajo coloco otra imagen para que se aprecie mejor su expresión.

 Esta es casi la misma imagen del principio, es que me gusto demasiado XD
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Aprovecho para informar que probablemente me tarde escribiendo el nuevo capítulo para la historia, de todas formas tratare de ponerme a escribir mañana o pasado, no prometo que les tenga pronto el prox., por eso intento disculparme con los dibujos n_n''
Espero sepan comprenderme y que hayan disfrutado de mis "pequeñas" creaciones, los próximos en aparecer (si es que no me viene otra inspiración para interrumpir mi itinerario) serán el ogro bebé y su acompañante y tal vez, si estoy de buen humor, introduzca a un nuevo personaje (un ogro) que aún no aparece en el fic, y que sin embargo tendrá una gran importancia para la historia.

sábado, 13 de agosto de 2011

Dibujos de los personajes

El Ogro, La Guerrera y El Caballero
Hola, aquí de nuevo con ustedes subiendo algunos dibujos que hice de esta historia. Varios ya me han dicho que se interesaron en la apariencia de los ogros, les pido paciencia, sólo puedo hacer un dibujo por día, entre hacerlo, colorearlo y subirlo a la compu (de acuerdo lo último no tanto ¬¬) pero las dos anteriores sí me toman mucho tiempo y mi mano pasa factura si intento hacer más de dos dibujos, en fin... sólo les digo que me tomara tiempo subir todas las imágenes dibujadas, pero se verán recompesados con el resultado n_n
En el día de hoy les traigo dos dibujos, una de un ogro y no cualquier ogro sino el ogro que casi intentó matar a Anderson en dos oportunidades, la otra imagen es la del consejero-brujo. Disfrutenlas ^-^

 Consejero-brujo
A lo largo de la historia, este personaje ha permanecido en el misterio, por supuesto aquí no pretendo dilucidar ninguno, si lo hiciera se averiguaría toda la trama y no es la idea. Este personaje guarda más de un misterio e ironicamente están viendo uno de ellos XD más a la vista no se los puedo poner.
Coloco dos imágenes de ambos dibujos porque como son a cuerpo completo no se les ve muy bien el rostro, esa es la principal razón por la que la mayoría de mis dibujos son de medio cuerpo.
 No se si se notara, pero es más cercana esta imagen al rostro del consejero-brujo que creo que a partir de ahora empezare a llamarlo por su nombre, Johan.
 Este es el ogro que mató al padre de Anderson y el que casi la mata en ese mismo instante, siendo ella tan sólo una niña de diez años (recién cumplidos)
Anderson se vuelve a encontrar con él en un futuro y de nuevo estuvo a punto de morir en sus manos, Lo que ella no sabe es que este "pequeño" ogro le puede cambiar la vida en cualquier momento.
 Aquí está más cerca para que se puedan apreciar el color de sus ojos y otros rasgos faciales.

Esta es sencillamente porque me gusto como salió la foto XD. Aceptenlo es un buen dibujo , que me falta mejorar es otra cosa, pero para ser mi primera vez dibujando una criatura así no me ha ido nada mal.

jueves, 4 de agosto de 2011

Reflexiones de Luka

El Ogro, La Guerrera y El Caballero



Ángela. Anderson. Una mujer misteriosa. Un guerrero formidable.

La Ángela que conocí era una mujer distante que se preocupaba por los demás, eso fue lo que me empezó a desconcertar de ella. Sabía que era del reino de los guerreros y lo que me desconcertó fue su dolor y su gran angustia ante el sufrimiento de Sergio, eso fue lo que me hizo cambiar mi punto de vista acerca de ella. En un principio pensé que sólo lo utilizaba, pero al verla así, tan preocupada, no me cupo duda que sus sentimientos hacia Sergio, eran sinceros.

El Pesadilla Anderson que conocí era un guerrero sanguinario, la perfecta máquina de matar que no tenía ni un gramo de compasión ni ante los ogros ni ante los caballeros, pero en su lucha conmigo me perdono la vida, eso hizo reconsiderar mi opinión de él, lo admiraba y ansiaba luchar con él de nuevo, pero esta vez no como enemigos sino como soldados. Al luchar con él, planeaba dejarlo vivir luego, eso sí, nuestra lucha tenía que ser en terreno neutral, como la vez anterior, si Pesadilla Anderson entraba en nuestro territorio, tenía que matarlo, ese era mi deber. Pero… Ángela y Anderson eran la misma persona, esa mujer que parecía un ángel puro y ese guerrero con un honor inigualable eran la misma persona. ¿Por qué? ¿Por qué ella hizo eso?

Recordé la primera vez que me salvó, mi primer encuentro con Pesadilla Anderson. Recordé cuando Ángela me arrebató mi arma y me salvó de ese ogro y no una sino dos veces ¿Por qué se arriesgó de esa forma por un caballero?

“¿Por qué se delató frente a ti así como así?” recordé esa pregunta de Sergio. Esa era la pregunta que me martirizaba ¿Por qué?

Ella era Pesadilla Anderson, sus movimientos ágiles, su rapidez inigualable, su perfecta precisión. Recordé sus ojos al ver a ese ogro, mostraban odio puro. Cerré los ojos al escuchar sus gritos cuando estuvo en sus manos ¿Cómo pudo levantarse después de aquello?, ¿Por qué la detuve en ese momento? Ese ogro iba a matarla por mí, no tenía que haberla detenido, pero…

Golpeé la mesa ante mi confusión. Ella era Pesadilla Anderson, nuestro enemigo, no podía dudar, no ante el mejor guerrero que haya existido.

Debía matarla, debía proteger al reino, a mi familia, a Sergio, tenía que protegerlos de ella. Los guerreros mandaron a masacrar a todo un pueblo, no tenían alma.

Las imágenes de Ángela salvándome y siendo herida por el ogro se reproducían en mi cabeza, estas imágenes me perseguían hasta en mis sueños.
Si ellos estaban aliados con los ogros ¿Por qué ese odio en su mirada? Todos, sin excepción, eran unos sanguinarios. Pesadilla Anderson no era la excepción, Ángela no era la excepción. Tenía que cumplir con mi deber, trajera las consecuencias que trajera. Ángela era el mejor guerrero que pudiera existir, si iba a matarla tenía que ser ahora que estaba débil, sin posibilidad de protegerse, el problema era Sergio, él no me dejaría acercarme a ella, me lo dijo claramente, moriría defendiéndola.

Sergio era un traidor ¿Cómo pudo hacernos esto a nosotros? A su familia, y todo por ella ¿Qué había en ella que te hacía dudar al matarla? ¿Qué tenía? Odiaba a Ángela por hacerme pelear con Sergio, esa era otra de mis razones para matarla. Si ella no estuviera aquí nada de esto estaría pasando. La mataría y todo acabaría.

—Luka —alcé la vista ante el llamado de Mary. Estaba en la mesa de la cocina, viendo por la ventana la luna, era luna llena. Mis manos estaban hechas puños, reteniendo todo mi odio y dolor ¿Cómo explicar odiar a una persona y al mismo tiempo no hacerlo? —Llevas días así ¿Qué sucedió?

—No es nada —respondí volviendo a sumergirme en mis pensamientos. Su cuerpo se sentó en la silla de enfrente, reclamando mi atención.

—Te conozco bien Luka, nunca eres tan serio a menos que algo grave te suceda —sus ojos cafés me penetraron. Aparté la vista al recordar unos ojos azules que me vieron de igual manera. —Llevas varias noches que despiertas sudando, te quedas aquí hasta que amanece y llegas muy tarde a casa. Soy tu esposa y te apoyaré en lo que sea.

—Mary, esto es más complicado de lo que piensas.

—Es Ángela ¿cierto? —le miré con sorpresa y confusión. No le había mencionado nada de esto a Mary desde que ocurrió el incidente del ogro. —Hoy, por pura casualidad, me encontré con Sergio, se ve muy decaído. Me contó que Ángela fue herida en el ataque del ogro y que ya lleva quince días sin despertar —me miró fijamente. —Los mismos días que llevas tú en este estado. No sé qué ocurrió, pero sé que te peleaste con Sergio por Ángela.

— ¿Él te lo dijo? —negó con la cabeza.

—No te menciono en ningún momento —se rió. —Ustedes parecen unos niños cuando se pelean, actúan como si el otro nunca hubiera existido.

— ¿Qué opinas de Ángela? —me miró largo rato antes de responder.

—Nada más he podido hablar con ella una vez, pero sé que no es una mala persona, se nota que le falta tacto al interactuar socialmente, se muestra cortés y hace un increíble esfuerzo por encajar, pero sus ojos delatan que no está acostumbrada a estar en multitud. Ella es muy singular, se muestra distante pero al mismo tiempo te inspira la confianza suficiente como para poder contar con ella para lo que sea, podría confiarle mi vida y sé que la protegería a cualquier costo. Me parece que Ángela es leal, y una persona con un gran corazón —me le quedé mirando, haciendo que se sonrojara.

— ¿Eso fue una primera impresión? —desvió la vista con nerviosismo.

—Sabes que me gusta estudiar a las personas —se defendió.

—También sé que tus impresiones nunca fallan —me levanté y me aproximé a la puerta.

—Lucario —me detuve, pero no me volteé a mirarla. —Piensa muy bien lo que vas a hacer —giré la cabeza para mirarle de reojo. Mary tenía el don de decir las palabras exactas en el momento indicado.

—Eso haré —salí del lugar.

Empecé a caminar sin ser consciente del cantar de los pájaros o los rayos del sol, que nos saludaban. Sergio me dijo que debía darle una oportunidad a Ángela, pero él estaba enamorado, haría cualquier cosa por ella. Mary me dio su opinión, las valoraba mucho, Mary nunca fallaba al dar su primera impresión sobre cualquier persona. Pero faltaba la más importante, mi opinión. Debía esperar a que la casa estuviera sola, con Sergio allí ni siquiera podía mirar a Ángela. Dudaba que Elisa me dejara acercarme, esa mujer tenía el don más peligroso de todos, sabía a la perfección lo que pensabas con sólo echarte una ojeada. Y Ro, ella era una niña, no podía matar a Ángela frente a ella.

Ángela seguía dormida, no podía responder mis dudas, pero me bastaba sólo verle el rostro para poder matarla sin remordimientos. Ella me había salvado y se lo agradecía, pero no podía devolverle el favor. Sólo necesitaba verla y luego cumpliría con mi deber. Con su muerte salvaría a los caballeros y acabaría con la guerra, sin Pesadilla Anderson en nuestro camino, todo sería más sencillo. Su muerte era un beneficio demasiado valioso como para dejarlo pasar. Después de terminar de objetivizar mi opinión acerca de ella, le daría el golpe de gracia y terminaría con todo. Así debía ser. Ella era un guerrero y yo un caballero, era nuestro deber acabar con la vida del otro, después de todo no éramos nada más que enemigos.
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Hola, este es un pequeño relleno del fic. Como ven no aporta nada nuevo a la historia, por eso no lo incluí como capítulo oficialmente, sin embargo me parecía que este personaje tenía que explicarse mejor y por esta razón escribí algunos de sus pensamientos y lo publiqué por aquí para quien esté interesado o se haya confundido con las acciones del personaje. Más adelante incluiré otros rellenos, a medida que la historia vaya avanzando más personajes tendrán que hablar y así mostrarnos un poco de su importancia para la historia.