Héroes del siglo XXI
¿Alguna vez han
sentido que todo se desmorona en un segundo?, ¿Qué la vida se les va y no hay
nada que puedan hacer para remediarlo?
No tiene que ser
una situación trágica, como alguna muerte, la pérdida de beca o el abandono o
infidelidad de la pareja. No se tiene que pensar precisamente en ello, ¿Qué hay
de las cosas pequeñas que conforman nuestro ser? Una colección única de libros
antiguos, una recopilación de las mejores canciones que ya no se consiguen en
la actualidad, o todos los escritos que se hacen a lo largo de los años.
Hace unos días
me tocó vivir el último ejemplo. Se me bajó la tensión, tuve un momento en
donde la mente estuvo en blanco, para que luego sólo funcionara para formular
palabrotas, que no mencionaré para protegerme de las demandas de los padres por
corromper las frágiles mentes de sus niños (así sean mayores de edad. Se han
visto casos de casos).
Como algunos
lectores sabrán, específicamente los de “Corazones conectados”, me he tardado
para actualizar debido a la cantidad excesiva y desconsiderada de trabajos que
dejan los profesores, como si su materia fuera la única que se viera. Debido a
ello mi pendrive, el dispositivo sagrado que contiene mis historias, trabajos
de la universidad, fotos, en resumen TODO; ha sido utilizado últimamente sólo
para la universidad, para poder imprimir los trabajos y entregarlos a tiempo.
Fue en uno de esos días, de estudiante responsable y trabajadora (ignorando que
el trabajo lo imprimía diez minutos antes de clase), donde fui a un lugar
dentro de la universidad (DENTRO, que es el colmo) para que me imprimieran el
trabajo. Todo resultó bien, sin ningún inconveniente o al menos eso creía. Los
días pasaron y seguí con mi nula vida social (la universidad es una
desgraciada). No me di cuenta de la gran verdad, de la pesadilla que me
envolvía, del horror que me rodeó hasta que conecté de nuevo el pendrive a la
pc para transferirle otros documentos y volverlos a imprimir al día siguiente,
el típico ciclo estudiantil. Al conectarlo, lo vi. Mi pendrive, mi hermoso
pendrive estaba vacío. NADA, no había nada en él, ni una sola carpeta. Noches
sin dormir por escribir, arduas horas de trabajo de edición, días de dibujo y
sombreado. CUATRO años desaparecidos así sin más.
¿Hace falta
mencionar con detalle el abismo donde caí? No lo creo. Los lectores y
escritores podrán darse una idea de lo sucedido.
¿Lo peor? No
había nada que hacer. Todo se esfumó, no tenía forma ni manera de recuperar el
contenido, no completo y en su forma original, ya que tanto los cuentos e
historias que publico en las páginas de fics tienen errores, como algunos se
habrán dado cuenta, y otros no poseen agregados que sí se encuentran en los
originales. ¿La razón? Primera, publico apenas termino de escribir, la edición
sólo la realizo al terminar la historia completa, así puedo enfocarme más en la
redacción y ortografía (el primero aún lo estoy trabajando). Segundo, por el
plagio, no es mucho lo que se puede hacer referente a eso, he visto casos de
casos donde esas personas con todo el descaro del mundo se apropian de la
historia, pero es un riesgo que se corre al publicar por ese medio, consciente
estoy de ello. Así que si quieren mi historia, esfuércense al menos en corregir
esos detalles (triste, lo sé).
Ok, nos hemos
desviado un poco, aunque no tanto. Retomemos donde lo dejamos.
Todo se perdió y
ni forma ni manera de recuperarlo intacto, de nuevo a empezar de cero o siendo
un poco justos, con una recuperación del 10%.
Desesperada,
frustrada, dolida, deprimida y molesta. Le conté de todo esto a un amigo, donde
prácticamente le hice un testamento del hecho. ¿Saben qué hizo? Me preguntó
detalles y se puso manos a la obra para averiguar lo que había sucedido.
Hasta entonces
pensé que se trataba de un formateo, me contaron una vez que si sacabas un
pendrive de forma segura existían posibilidades que el dispositivo se
formateara. Me ahorraré las líneas donde me tomó el pelo por mi confusión e
ingenuidad, porque el problema real fue… ¿Lo adivinan? Les doy unas líneas para
que adivinen. Sin trampas ¿Eh?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
UN VIRUS
Mi pendrive
agarró un virus en esa pc infernal. Ger, el amigo que descubrió el verdadero
problema, se encargó de todo. En cuestión de minutos (sin mentir) solucionó el
problema. Sí, recuperó toda mi vida en los mismos minutos, quizás más (bueno,
fueron más, lo admito). De tanta felicidad no dejaba de preguntarle:
¿De
verdad está todo bien?
¿Se
encuentra todo allí?
A lo que
continuamente me respondía:
Sí,
todo arreglado. Ahora ten más cuidado y resguarda tus cosas, por Dios.
Lo sé, mi
querido salvador es muy expresivo. Aun así sus palabras no disminuyeron mi
agradecimiento. Amé a ese hombre. Recuperó todo ¡Todo!
Ahora, de todo
esto, me gustaría sacar dos reflexiones, podrían verse de esa manera.
1-
Siempre, SIEMPRE resguarden sus cosas en
internet. Puede ser por Dropbox, la nube, su correo (aún se corre el riesgo del
hackeo). Existen muchos lugares donde resguardar la información. Tampoco
descarten el pendrive, es una buena forma de tener siempre la información
cerca, pero cuidando las pcs donde lo conectan; también tienen los cds, aunque
no sé por cuanto tiempo sigan vigentes.
No esperen a que en un descuido mínimo se desvanezcan todos sus esfuerzos
de días, semanas, meses u años.
2-
Con la ayuda de Ger, en fanfic.es es conocido
como Gerback, me di cuenta de algo que ya lo he mencionado muchas veces en
párrafos anteriores. Él fue mi salvador, mi ángel, mi héroe. Fue la persona que
me ayudó en un momento de apuro, de necesidad. Fue la luz en medio de la desesperación
y discúlpenme si lo adorno demasiado, es para hacerme entender.
Los
héroes, son personas con poderes sobrenaturales producto de algún accidente
químico o de radioactividad, que, según su concepción, pueden ayudar a la
humanidad o destruirla, donde, en el segundo caso, de héroes pasan a ser
villanos.
Los
ángeles son seres que no pertenecen al mundo terrenal, pero que, con sus
poderes divinos, nos ayudan y nos protegen de los males.
¿Me
pregunté esos héroes ficticios plasmados en historietas, películas e historias;
esos ángeles con fábulas y metáforas estarán en un plano tan lejano?
Pienso
que no. Pienso que todos podemos ser héroes, dejemos de lado a los ángeles por
su connotación religiosa. Los héroes pueden ser personas que conocemos o que desconocemos,
personalmente hablando, ya que lo más probable es que conozcamos como los
llaman. Por ejemplo los bomberos ¿Cuántas vidas no salvan arriesgando la suya
propia? Los doctores. Policías (algunos, lo reconozco). Todos ellos son héroes.
La
persona que salvó al niño a punto de ser atropellado. El amigo que te ayudó a
última hora con el trabajo, incluso proyecto de tesis. El profesor que te
motivó a irte por alguna carrera. El escritor, que con su libro, te impulsó a
crear algo igual de valioso y te llevó al éxito. En alguna medida, todos son
héroes, por eso decidí llamar a esta entrada héroes del siglo XXI. De este
suceso, con final feliz, gracias a Dios, salieron dos bonitas reflexiones.
Piensen ustedes
quiénes han sido sus héroes o si ustedes en algún momento fueron el héroe o
heroína de alguien.